El hecho de que el método Colormúsica se base en una relación entre sonidos y colores puede hacer pensar en que su uso se debe a que existe tal relación en la naturaleza. La relación que he establecido es arbitraria y con fines prácticos, pero esto no impide que por simple curiosidad y por las consultas recibidas, haya buscado estudios que traten de esa relación.
En el método Colormúsica se utilizan los colores con la finalidad de representar los sonidos y hacer más fácil la lectura y práctica musical, pero nunca se ha querido hacer una asociación entre sonidos y colores que realmente existiera en la naturaleza. Hay otros métodos musicales y algunas teorías que intentan utilizar de manera imaginativa y poco real esta relación pero al margen de lo que nos gustaría, podemos ver los estudios que se han realizado. A lo largo de la historia se ha intentado asociar colores con sonidos con distintas finalidades y se ha hecho de un modo artificial sin fundamentos empíricos y también por conveniencia, buscando obtener los mejores resultados artísticos.
No he tenido en cuenta los estudios relacionados con la sinestesia, por tratarse de un fenómeno relacionado más con el funcionamiento neurológico de algunas personas, que con las características físicas de colores y sonidos.
En la búsqueda de una relación científica entre el color y los sonidos solamente he encontrado un artículo publicado por la Universidad de Alicante cuyo título es:
“Color y música. Relaciones físicas entre tonos de color y notas musicales”. De Joaquín Pérez y Eduardo J. Gilabert
De este artículo se puede destacar y comentar lo siguiente:
“En este trabajo se comparan entre si la dimensión tono de color con la dimensión altura de sonido utilizando los valores de los espectros de luz visible y del sonido musical, y buscando una relación matemática entre los mismos. Los recursos utilizados para la realización de los ensayos han consistido en el cálculo de los valores de λ, ƒ y RGB del espectro de luz y la elaboración de tablas, gráficos y ecuaciones matemáticas”.
λ, ƒ y RGB son los símbolos de longitud de onda, frecuencia y los componentes rojo, verde y azul del espectro de color.
“Tras varios ensayos consistentes en comparar valores de λ y ƒ de los espectros de luz y sonido musical se ha obtenido la expresión matemática que relaciona el tono de color con la nota musical correspondiente: λc = 72.135•ln(λm) + 577.76.
El ensayo más relevante se realizó comparando los valores de tonos de color con los valores de las notas de la franja de sonidos musicales. Los tonos de color escogidos responden a un ordenamiento equidistante en longitud de onda; valores entre 780 y 380 nm espaciados cada 25 nm. La franja de sonidos audibles se limito a la franja de sonidos audibles musicales generados entre 20,601 y 5273,856 Hz correspondientes a la notas E0 y E8. Los datos utilizados son los expresados en la Tabla. 1.”
Tabla 1. Datos de notas musicales y de tonos de color analizados.
“Del ensayo comparativo entre valores de tonos de color con los valores de las notas de la franja de sonidos musicales, se obtuvo el siguiente gráfico de relación”:
Al observar la gráfica y teniendo en cuenta los valores que aparecen se puede asignar un color y un nombre de nota a cada punto de la recta. Así he añadido los colores y las notas a esta gráfica:
Las letras que representan a los sonidos son E y A# y equivalen a Mi y a La#. Los sufijos van del 0 al 8 e indican la altura de esas notas, 0 sería el valor de menor frecuencia (más grave) y 8 el de mayor frecuencia (más agudo). Cuando los valores van de E0 a E1 la distancia es de una octava (ocho notas desde Mi a Mi).
Conclusiones:
El color rojo se correspondería con los sonidos más graves y el color violeta con los más agudos.
El espectro de colores desde el rojo al violeta se puede relacionar con los sonidos desde los más graves a los más agudos.
Los pasos de un color a otro abarcan un grupo de notas que puede ser superior a la octava (ocho notas seguidas). Unos colores abarcan más notas que otros, por ejemplo el rojo se extiende hasta aproximadamente tres octavas y sin embargo el amarillo se aproximaría a una octava. Si quisiéramos proponer a cada nota sucesiva de una octava (do, re, mi, fa, sol, la y si) un color distinto y que además se correspondiera con su color por su longitud de onda, no podríamos distinguir las notas porque los colores se aproximarían mucho. Por ejemplo, en una misma octava todas las notas serían rojas pero con ligeras variaciones.
En el estudio anterior al relacionar las frecuencias de sonidos audibles con la gama de colores del espectro visible, se puede observar que pequeños cambios en el tono de los colores equivalen a una mayor variación en cuanto a sonidos. Cambios imperceptibles en cuanto a color se relacionan con grandes saltos en los sonidos musicales (de una a varias octavas).
Es curioso observar que los sonidos musicales y los colores visibles se relacionan en este estudio en el orden de los colores del arco iris al igual que en el método Colormúsica. Sin embargo el arco iris en Colormúsica está en la dirección opuesta pues como ya dije anteriormente el método se pensó para su utilización práctica sin pensar en relaciones matemáticas o estadísticas entre sonido y color.